El propósito que nos anima al crear este nuevo blog es mantener vivo en el recuerdo ese retazo de tierra taína que nos vio nacer: Banes, acercando a todos los Banenses a través de la evocación de imágenes y recuerdos. Es el sitio virtual idóneo para detenerse a conversar, como en los viejos tiempos, relatando anécdotas que nos lleven definitivamente al reencuentro con el pasado. Complementa nuestra exposición una iconografía banense, así como una galería de banenses ilustres.

viernes, 20 de mayo de 2011

POETA EN LA LUNA DE CUBA, POR RENÉ DAYRE ABELLA
Belkis Cuza Malé

LINDEN LANE PRESS acaba de publicar su segundo título en su nueva Colección de Poesía. Se trata de POETA EN LA LUNA DE CUBA, de nuestro querido amigo RENÉ DAYRE ABELLA.
POETA EN LA LUNA DE CUBA
LINDEN LANE PRESS Issue 2:
A book of poetry by René Dayre Abella, Cuban poet living in San Diego, California. /Un libro de poemas de René Dayre Abella, poeta cubano residente en San Diego, California.
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Los que deseen adquirir un ejemplar de este hermoso poemario, con mi "Flor del éxodo, para René" en la portada, y el primero que publica su autor, les pedimos que hagan click en el enlace que los llevará directamente a la página de la web de MagCloud donde se encuentra POETA EN LA LUNA DE CUBA. O pueden solicitarlo directamente a Linden Lane Press, enviando money order o cheque por la cantidad de $20.00, que incluye el costo de envío. Escriban a BelkisBell@Aol.com

Aquí podrán revisar el libro por dentro:
http://www.magcloud.com/browse/issue/179860/follow

Gracias y bendiciones

Gracias y bendiciones

martes, 3 de mayo de 2011

A TODOS MIS AMIGOS Y LECTORES AMABLES, ME PLACE ANUNCIARLES QUE MI POEMARIO POETA EN LA LUNA DE CUBA SE PUEDE ADQUIRIR EN UN PRECIO ESPECIAL POR EL DÍA DE LA MADRE, AQUÍ LES DEJO LOS DATOS:





Publisher:
Belkis Padilla
Date:
5 Apr 2011
Size:
8.25" × 10.75" 60 pages Perfect-bound
Category:
Literature & Writing
Tags:
Banes, Cuban poetry, Linden Lane Press, Poeta en la luna de Cuba, Rene Abella

Issue 2: POETA EN LA LUNA DE CUBA

A book of poetry by René Dayre Abella, Cuban poet living in San Diego, California. / Un libro de poemas de René Dayre Abella, poeta cubano residente en San Diego, California.
Print: $12.75
Free Digital with Print Purchase!
Digital: $3.00

lunes, 25 de abril de 2011

DOS POEMAS A BANES











"La tierra te duele,
la tierra te da
en medio del alma
si no la ves más"....
Fragmento de la canción " Mi Tierra"
Autor: Estéfano.

BANES, PRESENCIA REDIVIVA.

Eres un punto diminuto
en la geografía de un país.

El ala negra de un totí.

Un vuelo de zunzunes
persiguiendo bijiritas.

Eres la sombra de un ocuje
y el sabor agridulce del marañón.

Eres el río Reventón
y el Charco de las Putas.

La vieja ceiba de la calle Mulas,
La Piedra del Pescuezo y el Monte Lamusén.

Eres la voz negra de un conjuro.
Los tres kilos prietos de un bilongo.

Eres Yemayá. Eres mi ancestro.
El caudal impetuoso de la sangre
que rompe mis arterias.

Eres la sobriedad de un viejo mueble
en la casa de Isolina.

Eres mi infancia desteñida
muriendo poco a poco.

Eres la ancianidad ennoblecida de mis padres.
La calidez de una sonrisa de mi hermano.

Eres Alfredo, Carlín, Pedro Quiñones,
amigos entrañables, solidarios.

Eres la nada existencial.

Eres la poesía mordiéndome los huesos,
despedazando el alma.

 ¡Eres Otto, Charles, Mario Peña,
diciendo sus poemas entre lágrimas!

Eres la voz acuciante de Francisco Mir gritando:
“No quiero las flores negras!".

Eres una noche de tertulia
en la casa de Pepito.

Eres el flagelo de un estigma
impuesto gratuito
que me llevó a vivir
casi a escondidas.

Eres una imagen desprendida del recuerdo
que hoy se puso a morir en el silencio.

Eres todo eso y eres más.
Eres la presencia rediviva de la tierra.
Un grito que enmudece entre mis huesos.
Eres la Patria en mí. Eres yo mismo

© René Dayre Abella











"Donde quieras que vayas tu ciudad irá contigo"...
C. Cavafis







MI PEQUEÑA GRAN CIUDAD
                               
             A la memoria de Gastón Baquero y Otto Maletá, poetas.

Yo amo tus calles estrechas,
largas y empedradas
como cicatrices a flor de piel.

Admiro el paisaje bucólico de tu suelo.
Sencillamente campesino.

Quisiera llenar para siempre mis ojos
con el verdor intenso de tus pinos
que se yerguen tan altos, tan altivos.

Evocar aquellos días paseándome en tus calles
es como soltar de una vez a todos mis recuerdos
para que huyan a esconderse detrás de tus rincones.

¡Mi pequeña gran ciudad casi escondida
en los mapas de los textos escolares !
¡Tierra de raigambre taína! ¡Pedazo de mi patria!

Yo te saludo desde la lejanía
evocando la sombra del cacique Baní
en una noche iluminada sólo por cocuyos.

Humilde caserío casi despoblado cuando el Grito Mambí
supiste dar hijos valientes.

Cuna de trovadores y de poetas.
Viste nacer de ti al gran Gastón Baquero
y le llenaste el alma a Otto con murmullos.

Tierra de los padres de mis padres,
de mis abuelos.

Cuando la muerte ponga fin a mi destierro
descansar para siempre en ti,
sólo yo anhelo.

© René Dayre Abella














lunes, 18 de abril de 2011

A LA MEMORIA DEL MEJOR DE MIS AMIGOS, PEDRO QUIÑONES RUÍZ.

Cuando recibí la noticia del fallecimiento de mi mejor amigo de todos los tiempos, Pedro Quiñones Ruíz, apenas pude escribir unas mal hilvanadas líneas en este mismo blog dando a conocer la terrible noticia. El shock emocional fue muy fuerte y no me permitió en ese momento escribirle un poema a su memoria. Aunque aún no me repongo de esa impresión tan devastadora en mi vida emocional pude concebir este intento de poema de tono elegíaco entre la noche de ayer y la tarde de hoy. Espero que esta sea la versión definitiva, la cual comparto gustoso con todos mis amigos banenses y lectores amables.



A PEDRO,  EN MARDUK.



                   A la memoria de mi mejor amigo de todos los tiempos, Pedro Quiñones.



Ahora que has partido

dinos por lo menos adónde te lleva ese camino

que no requiere de mapas, ni de brújula.

Te imagino atravesando ríos

bajo un cielo de escarcha,

dulce amigo.

Y al final, Marduk,

con sus tres soles.

Su flora exquista y su fauna poblada

de ingenuos y mansos animales.

Le tomo prestadas a Dimas, sus palabras,

junto  al Nazareno:

Acuérdate de mí cuando llegues al Paraíso”.

En Marduk es la cita, Pedro, no lo olvides.



© René Dayre Abella


FRANCISCO MIR MULET, NUESTRO RECORDADO PACO, EN LA REVISTA VITRAL, EDICIÓN NÚMERO NUEVE.

septiembre-octubre.año2.No.9.1995





POESÍA






Rock de urgencia
por Francisco Mir Mulet.
                     A los enfermos del SIDA.

Me arden los ojos
la noche penetra por las córneas heridas
tengo en el cuerpo un arrebato de guitarras y pianos.
Es mi turno y los árboles van a delirar
el público responde
pido que levanten las manos
y ya hay quien quiere quitarse la ropa.
Es el momento de hundir los dedos en las teclas
estirar al máximo las cuerdas
reventar los micrófonos.
Digo que me canso
que la soledad es un baño de señoritas
la multitud me sigue
confesaré mis pecados
no tengo la culpa de seducir tanta corteza y añil
no soy rayo, oscuridad
filósofo cantor, ni bautizado.
Sé que este es mi turno y voy a actuar
tocaré todos los instrumentos posibles.
Mi canción es metálica
no olvido lo discriminado que fui
todavía camino marcado entre la gente
y hay vecinos que no te saludan
otros violan tu mínimo resplandor.
No agredo. No mato. No traiciono. No miento.
Exijo que vuelvan a cantar conmigo, que levanten las
manos
hago que todos sueñen, olviden sus personales
fusilamientos
cárceles privadas,
íntimos
homicidios
los expedientes malditos en la conciencia.
Propongo saltar con fuerza
explico el sexo vacío: sentidos capados
señales de tránsito
grifos abiertos
el final de la calle, la basura
bombillas que no encienden
la reiteración, el autor omnisciente.
No robo, no mato. No miento.
Sucede que fornico
¿Todavía me escuchan?
No violo. No agredo
Soy un monstruo familiar, domesticado.
Mi Isla, mi montaña es Dios
Dios me salve, Señor, por favor.


miércoles, 13 de abril de 2011

EN EL ANIVERSARIO NÚMERO CINCUENTA Y SIETE DE LA DESENCARNACIÓN DE ISOLINA FERIA RICARDO

Mañana jueves 14 de abril se conmemora el cincuenta y siete aniversario de la desaparición física de la notable médium espírita kardecista Isolina Feria Ricardo. Sin dudas una personalidad notable dentro de la sociedad local banense. Admirada no sólo por sus seguidores, sino además, por toda la comunidad.
A manera de un sencillo, pero, sentido tributo a su memoria, a continuación publico un fragmento de mi libro de relatos testimoniales Banes: la piel de la memoria, próximo a publicarse a través de Linden Lane Press, donde rememoro aquel día del mes de abril del año 1954 cuando pude presenciar sus funerales. Una verdadera apoteosis. A continuación les va mi relato, así como una foto de Iso, como familiarmente le llamaban las personas de todas las clases sociales a esta noble mujer que sólo vivió para repartir el bien a manos llenas entre todos los que solicitaban su ayuda y consejos oportunos.


EN LA CASA DE ISOLINA



    En ocasiones acompañaba a mi madre a la Casa de Isolina. Era muy pequeño y ella me conducía de la mano. Nos llevaba siempre Don Antonio Díaz, en su coche de alquiler. Un viejo Mercury del año l948. Recuerdo aún la calle Canales sin asfaltar y los dos frondosos ficus enfrente de la modesta vivienda. Las paredes interiores resumían ese toque de pulcritud que deja la cal sobre la madera rústica. Al franquear la puerta principal nos esperaba la sala de estar, donde obligatoriamente debíamos esperar unos minutos hasta ser llamados al salón donde Isolina, junto a sus médiums, desenvolvía la reunión espiritista.

    Isolina era una mujer de rostro muy dulce y afable.  A mi tierna edad se me antojaba una especie de abuelita. Llevaba el pelo siempre recogido, luciendo canas y vestía siempre de blanco. Se sentaba a la cabecera de una enorme mesa rodeada de sillas, donde sentaba a sus médiums formando una "cadena fluídica”, sin tocarse las manos.

    Mis curiosos ojos infantiles no dejaban de escrutar cada rincón. Me llamaba la atención la galería de fotos enmarcadas en la pared. El retrato más conocido del Maestro Allan Kardec presidía esta galería. Luego seguirían fotos de León Denis y en un rincón sobre un estante de libros, la más divulgada de las fotos de Doña Amalia Domingo Soler, la notable figura del Movimiento Espiritista Hispano o la Cantora del Espiritismo, como cariñosamente la han llamado los espíritas de varias generaciones.

    Asombraba un poco a las personas poco familiarizadas con estos ambientes y que confunden al Espiritismo con una especie de secta sincrética, donde se mezclan las prácticas del mediumnismo con las creencias católicas, el hecho de no encontrar en estas paredes, ni en ningún otro sitio de la humilde vivienda, imágenes religiosas.

    Esta atmósfera de lecturas, fotos de ancianos de luengas barbas en las paredes, estantes desbordados de libros y revistas me llevaban a la percepción de que la Casa de Isolina era más bien una escuela, donde mi mamá y las demás mujeres que se sentaban en torno a la mesa simplemente seguían unas clases de estudio académico, impartidas en este caso, por la maestra Isolina.

    Mi mamá me dejaba casi siempre en la habitación de Alejandrina o Aleja, como cariñosamente le llamaban sus parientes a una de las hermanas de Isolina o con la mamá de ellas, Doña Juana. El recuerdo que conservo de estas dulces viejecitas es el de que ambas me ofrecían frutas, particularmente naranjas y mangos y me hablaban muy quedo para no interrumpir las "clases" que tomaba mamá junto a sus amigas.

    De vez en cuando alcanzaba a oír a Isolina que decía: "Dale curso", a alguna de las médiums y no alcanzaba a entender lo que ello significaba.

    Otra de la cosas que atrajeron mi curiosidad era el desfile de botellas de vidrio transparente llenas de agua que esperaban sobre la mesa para que Isolina las "magnetizara" y quizá lo más curioso es que las personas que acudían a estas reuniones acostumbraban a llamar a estas aguas "medicina espiritual". Según el testimonio de algunas personas muy dignas de crédito que se dedicaban a estudiar estos fenómenos de carácter paranormal o estudiosos de lo psíquico, como se les llamaba entonces, esa "medicina espiritual" era agua fluidificada por las entidades espirituales y tenía la virtud de curar diversas dolencias y enfermedades.

    Isolina, según el testimonio de mi madre y el de otras personas que la conocieron desde muy joven, había mostrado el desarrollo de una serie de facultades mediúmnicas desde muy pequeña. Hija de una familia muy humilde, los Feria Ricardo,  Isolina comenzó a sufrir desde la temprana infancia asma y ciertos ataques de epilepsia, además de otros trastornos mentales, como la pérdida de la conciencia y de la memoria, invasión o incorporación de otras "personalidades" en su yo psíquico.

    Los pocos médicos que le vieron la creyeron loca y los religiosos fanáticos "poseída". 

    Así las cosas, sus padres la llevaron como un último recurso a un sanador espiritual o "curandero" en la localidad de Aura, cerca de Gibara en los años inaugurales del pasado siglo. Este hombre se consideraba un humilde misionero espírita. Había peleado durante la Guerra de Independencia, como un soldado mambí y una vez terminada la contienda se retiró a vivir muy humildemente con su familia a Uñas y luego a Aura, unas localidades cerca de la vecina Gibara.

    Allí poseía un Centro Espiritista, siguiendo el ideario filosófico kardeciano, que enmarcaba las enseñanzas provenientes de los Espíritus Superiores dentro del sublime mensaje evangélico. A este humilde siervo del Señor, como le gustaba auto nombrarse, se le conocía como Nine Sierra.

    Las personas que lo conocieron, incluyendo a mi madre y a mis tíos, fueron testigos de una serie de fenómenos de efectos físicos, tales como aportes y desaportes de objetos y materializaciones ectoplásmicas a través de su mediumnidad.

    Los padres de Isolina no daban crédito a la maravillosa recuperación operada en su hija adolescente. Isolina en gratitud por los favores divinos recibidos quiso entregarse devotamente a divulgar la Obra, extendiendo desinteresadamente esas dádivas divinas de la curación a los enfermos, a través de sus propias facultades mediumnímicas, plenamente desarrolladas en esta ocasión, gracias al encuentro con este poderoso médium y sanador paragnosta. 

    En los tempranos años sesenta quise investigar un poco sobre esta fascinante figura del Espiritismo local y contacté entre otras personas a Cecilia "Nena" Aguilera, quien me confesó casos y anécdotas realmente increíbles y sorprendentes sobre las curaciones y demás fenómenos que se dieron en torno a la mediumnidad de Isolina Feria Ricardo.

    Lo que más me sorprendió fue conocer la génesis de un pequeño libro que con el título de "Luz en el Sendero" circuló en muchos de los hogares banenses en la década de los cuarenta. Cecilia  me contaba cómo Isolina incorporaba en trance sonambúlico a una entidad espírita conocida como El Guía y este le dictaba a ella, que era la amanuense  los capítulos íntegros del libro de marras.

    Pasaban a veces algunos meses y por alguna razón la entidad El Guía no se incorporaba, pues Isolina canalizaba a varias entidades y una vez se lograba restablecer el contacto, esta entidad le continuaba dictando el resto de los capítulos en una perfecta ilación. También sorprendía que el léxico empleado por esta entidad y aún por otras que se comunicaban a través suyo era muy superior al que poseía la propia médium en el estado normal de la vigilia, considerando que la joven Isolina había tenido que interrumpir sus estudios académicos apenas alcanzando vencer el cuarto grado de la enseñanza primaria, debido primeramente a su condición de salud, tan quebradiza y además por lo precario de la situación económica doméstica que obligó a la joven a trabajar, empleándose en trabajos de corte y costura en su propio hogar ayudando a su madre y hermanas en la confección de una especie de mosquiteros que llamaban en aquellos lejanos días, pabellones.



    La familia vino a establecerse en Banes a comienzos de los años veinte de la pasada centuria y desde entonces la joven Isolina se entregó a la práctica del bien dentro de aquella comunidad que la veía como una santa y virtuosa mujer.

    Isolina se caracterizaba, además, por el tratamiento a personas perturbadas mentalmente siguiendo las técnicas de desobsesión recomendadas por el Maestro Allan Kardec, contando únicamente como recurso la imposición de manos a modo de transferir energía positiva a los enfermos, así como la persuasión a los espíritus o entidades obsesoras a que levantaran su acción fluídica perturbadora sobre los afectados, en el nombre de Jesús.

    En una ocasión esta noble mujer fue privada de su libertad por el ejercicio ilegal de la medicina y conducida al Reclusorio de Mujeres de Guanabacoa, en la provincia de La Habana. Allí se distinguió por su virtud y grandeza de espíritu, prodigando sus elevadas enseñanzas espirituales entre aquellas pobres mujeres descarriadas que la respetaban y amaban como a una madre.

    Recuerdo un día del mes de abril del año 1954 cuando desencarnó Isolina. Los funerales fueron realmente apoteósicos. Nunca antes había visto tantas ofrendas florales. La casa mortuoria estaba literalmente inundada de coronas y de cojines de flores.

    El sarcófago tendido sobre el suelo en señal de humildad estaba cubierto de rosas blancas. Desde el aire, Víctor García, un pariente de nuestra familia, registraba el paso del desfile mortuorio con una cámara filmadora de 16 mm en una avioneta alquilada.

    Todavía recuerdo aquellos viejos filmes que nos mostraba Víctor en su hogar allá en la ciudad de Guantánamo, unos años después de aquel suceso y la anécdota que contaba del piloto que lo acompañaba en aquel vuelo. El aviador le refería que cada vez que tenía que sobrevolar el sitio de donde partiría el cortejo fúnebre sentía algo que vibraba muy fuerte, como una especie de magneto, que lo atraía inexplicablemente al lugar.

    El comercio local cerraba sus puertas al paso de la caravana fúnebre en señal de duelo. La prensa local se hizo eco del acontecimiento. Muchos años después pude consultar la hemeroteca de la Biblioteca Pública de la ciudad de Banes y me leí los comentarios del notable periodista Rolando Gómez de Cárdenas en su revista literaria Portada, así como las notas que aparecieron en El Pueblo, el decano del periodismo banense, bajo la firma de nuestra querida Cristina Aguilera, notable periodista ya fallecida y en otras publicaciones locales.

    Desde la prensa espírita nacional aparecieron esquelas y obituarios. Unas de estas notas la escribió la doctora Fidela Cobo Sabas desde las páginas de Reivindicación y el periodista villaclareño Isidoro Díaz Anido registraba el suceso para la revista Vida, que dirigía el recordado hermano Manuel García Consuegra, en Santa Clara.

    Cierro los ojos para evocar una vez más aquellos memorables días e inevitablemente pienso en mi madre y me dejo llevar de su mano por la calle saludando a los vecinos que se acercaban para saludarla y conocer al pequeño vástago.

    Doña Mariana Serrano nos esperaba casi siempre a la salida de la Casa de Isolina, pues vivía justo enfrente, luego visitábamos a mis padrinos, Josefa Mir y Rafael Domínguez y el paseo terminaba entonces en la casa de mi abuela. Luego vendría Don Rafael Tamayo en su viejo fotingo y nos conduciría de regreso al hogar en Veguitas.