Cuando recibí la noticia del fallecimiento de mi mejor amigo de todos los tiempos, Pedro Quiñones Ruíz, apenas pude escribir unas mal hilvanadas líneas en este mismo blog dando a conocer la terrible noticia. El shock emocional fue muy fuerte y no me permitió en ese momento escribirle un poema a su memoria. Aunque aún no me repongo de esa impresión tan devastadora en mi vida emocional pude concebir este intento de poema de tono elegíaco entre la noche de ayer y la tarde de hoy. Espero que esta sea la versión definitiva, la cual comparto gustoso con todos mis amigos banenses y lectores amables.
A PEDRO, EN MARDUK.
A la memoria de mi mejor amigo de todos los tiempos, Pedro Quiñones.
Ahora que has partido
dinos por lo menos adónde te lleva ese camino
que no requiere de mapas, ni de brújula.
Te imagino atravesando ríos
bajo un cielo de escarcha,
dulce amigo.
Y al final, Marduk,
con sus tres soles.
Su flora exquista y su fauna poblada
de ingenuos y mansos animales.
Le tomo prestadas a Dimas, sus palabras,
junto al Nazareno:
“Acuérdate de mí cuando llegues al Paraíso”.
En Marduk es la cita, Pedro, no lo olvides.
© René Dayre Abella
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