
 
 Fragmento de mi libro derelatos testimoniales y de memorias BANES EN LA
 MEMORIA,recientemente publicado por Linden Lane Press y distribuido por
 Amazon.
 
 ©René Dayre Abella
 
     A lo largo de la 
historia escrita, la humanidad ha sido testigo de los fenómenos propios 
del mediumnismo, y así lo han señalado los estudiosos de la 
paranormalidad, al igual que los sociólogos y demás especialistas en 
estos ámbitos. Desde ese ángulo podemos observar las prácticas del 
chamanismo en las diferentes culturas y los fenómenos de levitación y de
 otros prodigios dentro del contexto místico religioso, particularmente 
dentro del catolicismo. Ahí tenemos los casos de San José de Copertino y
 de Santa Teresa de Ávila, por ser los más divulgados y conocidos por 
clérigos y fieles de esa iglesia.
     Siempre debemos tener en mente
 que una cosa es el mediumnismo y otra muy diferente es el Espritismo.  
Mediumnismo es fenómeno,  tal y como señala con rigor Jon Aizpúrua, uno 
de los expositores más brillantes y esclarecidos de la Doctrina 
Espírita, y el Espiritismo es doctrina.
      Con estos argumentos en
 mente deberemos distinguir siempre al mediumnismo de la Doctrina 
Espírita que nace con Allan Kardec, quien la codifica dentro del marco o
 paradigma positivista compteano, como un sistema de pensamiento 
racionalista, librepensador y laico.
     De modo que la Doctrina 
Espírita, su sistematización, postulados y principios filosóficos nacen 
en el siglo XIX. Es relativamente joven, comparada con toda la 
casuísitica de la paranormalidad donde florece el mediumnismo, junto a  
los fenómenos propios del animismo y del chamanismo, que como vemos, han
 existido desde la más remota antigüedad. Confundir mediumnismo con 
Espiritismo es un craso error.
     Otro detalle importante que hay 
que señalar es que estos brotes de mediumnismo se dan con mayor 
propensión dentro de un ambiente telúrico. Como no soy un especialista 
en el tema no puedo dar razones a este particular acontecimiento. Invito
 al lector amable a reflexionar un poco en los Misterios de Delfos y en 
otros lugares de peregrinación, sobre todo en los del catolicismo, como 
las grutas y parajes agrestes, donde según la mitología católica han 
tenido lugar las apariciones marianas. Todo gira en torno a las fuerzas 
telúricas. Ese fenómeno nos es muy familiar a los cubanos, pues casi 
siempre atestiguamos fenómenos, incluso muy auténticos, de fenomenismo 
mediúmnico en sierras y parajes inhóspitos como se dio en el caso de un 
dotado paragnosta nombrado Listoriel Moro Pérez, a quien se le atribuye 
ciertas curaciones y que vivía en unas montañas en la región de Baracoa,
 en los años sesenta del pasado siglo.
     Banes, una pequeña 
localidad, enclavada en la región oriental del país, abrazada por un 
cíngulo de sierras y lomeríos, fue siempre fértil en médiums, no así en 
espíritas.
     El primer caso documentado de Espiritismo en Banes 
surge a través de la figura de Isolina Feria Ricardo, quien además de 
poseer una desarrollada mediumnidad de efectos intelectuales era una 
auténtica Espírita Kardeciana. Como he contado en otra ocasión Isolina 
desarrolló sus dotes mediúmnicas en el Centro Espírita que presidía Nine
 Sierra en la localidad de Aura, cerca de la vecina Gibara.
     Este
 personaje, Nine Sierra, del cual, lamentablemente no poseo datos, salvo
 que había sido un bambí y al finalizar la contienda con la 
independencia de la isla, se retiró a vivir muy humildemente con su 
prole a las localidades de Uñas y de Aura, cerca de Gibara, y allí fundó
 su Centro Espírita.
     Según el testimonio de mis padres, que eran
 espíritas, Nine había desarrollado espontáneamente sus facultades 
durante la propia guerra de Independencia. Aseguraban mis padres, según 
le contaba el propio Nine, que sus superiores le confiaban ciertas 
misiones militares después de que el propio médium consultaba a las 
inteligencias espirituales y salían siempre vencedores en esas batallas.
     La influencia de Nine Sierra se dejó sentir muy fuertemente en 
aquel Banes de comienzos del siglo XX. Muchos banenses acudían a Gibara a
 visitar el Centro de Nine para recibir asistencia espiritual, así como 
 bienestar físico; tal fue el caso de la propia Isolina Feria, quien se 
recuperó totalmente de todas sus dolencias físicas. Una curación 
realmente extraordinaria.
      Alrededor de Isolina Feria, quien 
junto a sus padres y hermanas vivía en una modesta vivienda de la calle 
Canales en Banes, comenzó a reunirse un grupo de personas de ambos sexos
 y casi la mayoría de extracción o formación católica.
     En mi 
humilde opinión, este fenómeno dio margen para que después de su 
desencarnación muchos de sus seguidores opinasen que el espíritu Guía de
 la médium era el propio Jesús de Nazareth. Algo que en vida de Isolina 
el propio Guía refutara en más de una ocasión.
     Al igual que en 
muchos de nuestros países de Latinoamérica, en Cuba, y Banes no fue 
ajeno a este fenómeno, era muy típico que familias e individuos 
católicos practicantes acudiesen al Centro Espírita, en particular a 
celebrar los llamados aniversarios de la desencarnación de sus deudos, 
algo similar a las famosas misas católicas de réquiem.
      Entre 
los que formaban el cuerpo de mediumnidades del Centro de Isolina, 
recuerdo con mucho cariño a Margarita Marrero --quien además de espírita
 era teósofa y presidía la Logia Unidad de la Sección Cubana de la 
Sociedad Teosófica--, a Angélica Alonso,  José Manuel Pérez Diéguez, 
Celia Puig, y a mis propios tíos, Walfrido Hernández y su esposa Blanca 
Del Río Legrá, al igual que a mi madre, Manuela Hernández.
     Por 
supuesto que hago importantes omisiones por faltarme la memoria de todo 
lo acontecido, pues cuando Isolina Feria desencarnó yo apenas iba a 
cumplir nueve años, por lo que no puedo recordar mucho de los 
protagonistas de estos  singulares acontecimientos.
     Otra médium 
notable fue Esglórida Díaz, a quien cariñosamente nombraban Lalín. 
Lamentablemente tampoco poseo datos que me permitan dar aunque sea una 
breve semblanza de su vida y obra, salvo unas fotos que muy gentilmente 
me ofreció un querido amigo, Ariel Miranda, donde se observa una 
materialización ectoplásmica de una entidad femenina en un vaso de agua.
 Las tres fotos muestran las fases de la materialización hasta aparecer 
completamente lograda y muy nítida. Esas fotos pertenecieron a su 
abuelo, Don Santiago Miranda, quien era asiduo a las sesiones que 
desarrollaba Lalín y las de la propia Isolina Feria.  Al contrario de 
Isolina, que era médium de efectos intelectuales —según la semántica 
kardeciana—, Lalín era médium de efectos físicos.
     El Espiritismo
 local recibió un gran empuje en el plano cultural gracias a dos 
notables figuras del medio intelectual banense. La primera de ellas fue 
el afamado periodista santiaguero, pero avecindado en Banes, Eduardo 
Abril Amores, quien transitó al mismo tiempo entre la Teosofía y el 
Espiritismo, algo muy común en aquella época. Y la otra figura de 
relieve fue la de Amado Proenza, fotógrafo decano de Banes, quien se 
interesó por la investigación psíquica, logrando con una primitiva 
cámara montada sobre un trípode y a la luz del magnesio, las magníficas 
fotos a la que aludo más arriba.
     Tanto Eduardo Abril Amores como
 el propio Amado Proenza se mantuvieron muy activos en el movimiento 
teosófico y gracias a la iniciativa de ellos surgió primero la Logia 
Unidad de la S.T. y luego El Pequeño Ciudadano y la Mesa Redonda 
Infantil, proyectos nacidos al calor del altruismo teosófico que no 
dista para nada del altruismo espírita.
     Como vemos, el 
Espiritismo local banense también recibió el apoyo y la solidaridad del 
Movimiento Teosófico, así como de la Masonería. Al igual que recibió 
apoyo por parte de la prensa local. El periódico El Pueblo, el decano de
 la prensa banense, era muy receptivo con las actividades que se 
desenvolvían en el medio espírita. No hay que olvidar que allí laboraba 
como notable periodista nuestra querida Cristina Aguilera, a quien 
cariñosamente llamábamos Tina, lamentablemente ya fallecida y quien era 
una seguidora de la Doctrina Espírita Kardecista. También Rolando Gómez 
de Cárdenas se hacía eco de las notas sobre los aniversarios luctuosos 
de la desencarnación de Isolina Feria cada 14 de abril, en su leída 
revista literaria ¨Portada¨. Todo este material periodístico se puede 
consultar en la hemeroteca de la Biblioteca Pública “Carlos Fernández” 
de la ciudad de Banes.
     
    El Movimiento Espírita Banense, 
liderado por Isolina Feria Ricardo, también se extendió a regiones 
vecinas como la ciudad de Antilla y los poblados de Deleite y Tacajó, 
donde existía una importante fábrica de azúcar o ingenio, como se les 
denomina en Cuba a estas industrias.
     Tuve el privilegio de que 
mi padre, Juan Abella Bielsa, junto a su primera esposa, de quien 
enviudó luego, presidieran una Sociedad o Centro Espírita en el poblado 
de Tacajó, donde además de las labores mediúmnicas y de orientación a 
entidades recién desencarnadas que no reconocen su nuevo estado, se 
desarrollaban actividades de carácter cultural y de divulgación de la 
Doctrina Espírita.
     Como mi padre, además de espírita, también 
era masón y teósofo, recibió la solidaridad de sus hermanos masones, 
quienes tradicionalmente se encuentran muy identificados con el 
Espiritismo. Sabemos que León Denis era masón, así como otras 
personalidades espíritas.
      A través de la Masonería capitulada, 
mi padre --que ostentaba el grado 33-- conoció a Don Manuel Morales, 
director del ''Diario Masónico Hoy'', y como he contado en otra 
oportunidad, el propio Don Manuel a través de una experiencia tan 
dramática como lo es la muerte trágica de un hijo, encontró sosiego 
contactando su espíritu a través de una auténtica médium y decidió poner
 su periódico al servicio de la causa espírita.  Desde entonces el 
''Diario Masónico Hoy'' se convirtió en un periódico 
masónico-espiritista. Mi padre fue el corresponsal de ese periódico, 
hasta su desaparición de los medios de prensa espírita en los años 
treinta.
     Cuando mi padre y su primera esposa, Doña Josefa 
Rodríguez Zarzabal, se mudaron a la vecina Antilla, continuaron sus 
labores espíritas celebrando sesiones en su propia vivienda y  
realizando otras periódicas actividades culturales. Un sobrino de mi 
padre, quien devino periodista y dirigía un periódico en Antilla, “El 
Sol de Antilla”, Enrique Causarás Abella, se vinculó al grupo de 
estudios espíritas y al igual que Don Manuel Morales, puso su periódico 
al servicio de la causa espiritista. También visitaban muy regularmente 
el Centro Espírita de Isolina en Banes.
      Deleite es un poblado 
muy cercano a Banes y muy pintoresco. Allí residía una notable médium y 
auténtica espiritista kardecista, Juana Bautista Serrano, a quien 
cariñosamente la llamábamos Tita.
     Tita ejercía magistralmente la
 mediumnidad parlante y también su guía le había dictado a una amanuense
 un folleto con el título “Inspiración”, siguiendo la misma orientación 
ofrecida por la entidad que desenvolvía la mediumnidad de Isolina Feria,
 o sea su Guía.
     La labor básica en el Centro que presidía Tita 
era la orientación a espíritus que desconocían su nuevo estado 
espiritual, la desobsesión siguiendo las técnicas proporcionadas por 
Allan Kardec, la práctica de pases magnéticos como terapia en 
determinados casos, así como la caridad y el amor al prójimo.
     
Una vez que Isolina Feria desencarnó el 14 de abril de 1954, la tarea de
 continuar la obra espiritual recayó en una médium nombrada Ventura 
Martínez. Ventura era habanera y sus familiares más allegados la habían 
llevado a Banes para ser atendida por Isolina ya que estaba perturbada 
mentalmente y había sufrido hospitalización en dos ocasiones en el 
Hospital Psiquiátrico de La Habana, más conocido como Mazorra, sin 
mostrar mejoría alguna en su condición.
     El Guía espiritual de 
Isolina pudo librar a la joven mujer de aquella terrible obsesión. Según
 me contaba mi madre, que fue testigo de fenómenos en la casa de 
Isolina, en una ocasión Ventura fue levitada hasta el techo del Centro y
 desde allí comenzó a lanzar blasfemias y a vociferar. La recuperación 
se obró en su totalidad. La joven Ventura no sólo abandonó su 
perturbación mental sino que se propuso estudiar las obras kardecianas y
 de autores como León Denis, Amalia Domingo Soler y otros.
     Como 
no tenía obligaciones familiares y era una joven soltera, decidió 
quedarse en la Casa de Isolina y formar parte del cuerpo de médiums, 
pues desarrolló más de una facultad.
     Tengo una particular 
anécdota de Ventura. Como he dicho antes, al desencarnar Isolina yo era 
muy pequeño. Puedo recordar los detalles de su sepelio, pero eso es 
todo. Sin embargo, de Ventura puedo contar cosas muy curiosas. Recuerdo 
que cuando me veía me decía: “ahí viene el curita de ayer”, y confieso 
que no me agradaba esa observación y un día le dije un poco molesto: 
“¿por qué me dice usted el curita de ayer?”. Y su respuesta me 
sorprendió: “porque tu última, o más bien previa encarnación, 
transcurrió entre los hábitos. Sí, Renecito tú fuiste un curita”.  Mucho
 tiempo después. tres personas en lugares muy alejados uno del otro y 
sin conocer apenas detalles de mi propia existencia, confirmaron lo 
señalado por Ventura.
     En este breve resumen del Espiritismo en 
Banes me he detenido a examinar la génesis del Movimiento Espírita de 
orientación kardeciana centrándome en las figuras de Isolina Feria 
Ricardo, Esglórida Díaz, Juana Bautista Serrano y por último Ventura 
Martínez. Pero, para ser honestos, hubo también otras figuras que 
aunque, lamentablemente, mezclaron creencias católicas o sincréticas, no
 dejaron de ser auténticos médiums y de alguna forma divulgaron, aunque 
un poco distorcionadamente, hay que reconocerlo, la Obra Espírita. Entre
 esas personalidades recuerdo a Juanita Nápoles, Juana Quiñones, quien 
vivía en un paraje conocido como El Donque, donde presencié sesiones y 
comprobé fenómenos muy auténticos, aunque todo enmarcado en un ambiente 
místico-religioso. Y por último, Flora Mederos, y Juana Petit.
 
 
    Durante los años veinte y treinta de la pasada centuria, el 
Espiritismo a nivel nacional había alcanzado una gran divulgación y 
prestigio en los ámbitos intelectuales y culturales de la nación cubana 
gracias a la labor desarrollada por la Sociedad Espiritista de Cuba, 
inspirada en el proyecto kardeciano de la Sociedad Espiritista de París.
 Esta Sociedad nació de la iniciativa de Julio Gálvez Otero, espírita 
borincano, quien, además, era un excelente periodista y divulgaba temas 
de carácter espírita en la famosa Revista Carteles, así como de 
destacadas figuras de la intelectualidad habanera, destacándose por su 
dimensión Don Fernando Ortíz, el gran etnólogo e intelectual cubano.
     La Sociedad Espiritista de Cuba tenía como órgano difusor la 
Revista Psiquis y había organizado centros y sociedades en las 
provincias occidentales del país, no así en el interior de las 
provincias orientales. Desde Santiago de Cuba la doctora Fidela Cobo 
Sabas había desarrollado un movimiento al que llamó Reivindicación que 
proponía la integración de los centros y sociedades espíritas 
orientales. Editaba una revista con el mismo nombre de su Movimiento; 
“Reivindicación”, la cual se mantuvo en circulación hasta comienzos de 
los años setenta. Recuerdo que en 1973 la visité en su casa de la calle 
Trocha en Santiago de Cuba y me dijo que estaba confrontando problemas 
con la impresión de la revista en la Editorial Cáscara porque, a pesar 
de que la organización estaba registrada en el llamado Registro de 
Asociaciones de la JUCEI provincial, la editorial había recibido órdenes
 de no continuar imprimiendo la revista. Ya se veía la sombra del 
oficialismo del gobierno marxista cubano interviniendo en el movimiento 
espírita al que combatían como una forma de religión.
     La 
Sociedad Espiritista de Cuba tuvo una existencia un poco efímera para 
dar paso a la creación de una poderosa y muy bien organizada 
Confederación Nacional Espiritista de Cuba, formada por las seis 
Federaciones Provinciales y éstas, a su vez, estaban constituidas en 
organismos locales con el nombre de Federaciones Municipales.
     El
 Centro que presidía Isolina estaba integrado a la Federación 
Espiritista de Oriente. Recuerdo que sus directivos fueron, entre otros,
 Armando Payás Villalón y José Cruz Ferrera. El Delegado del Centro ante
 la Federación era Don Rafael Ramallo.
     Después de la 
desencarnación de Isolina Feria en el año 1954, aparentemente el vínculo
 con la Federación Provincial se rompió, e ignoro las causas. Justo en 
el año 1963 y de modo “accidental”, según refiero en uno los relatos que
 conforman mi libro Banes en la memoria, pude adquirir de manos de José 
Manuel Pérez Diéguez un ejemplar de la revista ¨Reivindicación¨, donde 
aparecía un directorio de centros y sociedades, con los cuales comencé a
 desarrollar un intercambio de correspondencias que me resultó muy 
provechoso.
     A través de ese directorio conocí de centros y 
sociedades en la región y también me puse en contacto con Isidoro Díaz 
Anido, un espírita notable que residía en la ciudad de Santa Clara y con
 Víctor Casalín, de la ciudad de Matanzas, quien me comunicó que 
acababan de disolver en un congreso extraordinario la Confederación 
Nacional Espiritista mediante la más irresponsable de las decisiones. Se
 perdió el edificio social, ya que los directivos de la Confederación, 
Nicolás Medina Escaño y Rodolfo Rigal Rusias, habían entregado a la 
Dirección de la Reforma Urbana el inmueble. Se perdieron además de los 
archivos, una gruesa biblioteca. Fue una lamentable pérdida.
     
Gracias al intercambio epistolar con amigos y compañeros en el Ideal 
Espírita pude reunir algunos volúmenes de obras de contenido 
doctrinario, las que agregué a la que pequeña biblioteca que poseía mi 
padre y cuya lectura me produjo gran provecho espiritual, ayudándome a 
crear una óptica y una cosmovisión completamente nuevas para mí, 
superando esa fase de nihilismo materialista arraigada en mis años de 
adolescencia.
     A raíz de mi encuentro con la doctora Fidela Cobo 
pude convencer a Ventura, la médium que presidía el Centro Espírita, a 
adherirnos al Movimiento Reivindicación, incluso me aceptó la propuesta 
de nombrar al Centro como “Memorias a Isolina” y así entró a formar 
parte de la familia de Reivindicación, hasta que el movimiento, así como
 la revista, desaparecieron en el año siguiente, o sea, en 1974.
    
 Unos años antes de contactar a la doctora Fidela Cobo Sabas, en 1967 
recibí una invitación de Marcos Álvarez y de Rubén Pérez Viciedo, de la 
ciudad de Sancti Spiritus, para integrarme a una organización que 
acababan de crear con algunos de los antiguos miembros y dirigentes de 
las Federaciones Provinciales. Así nació la Fraternidad Espiritista de 
Cuba.
     Pude participar de un encuentro espírita en la Sociedad 
Amalia Domingo Soler, de Melones, una localidad cerca de Gibara, en el 
oriente cubano. Nos reunimos en aquella oportunidad unas sesenta 
personas de distintas provincias. Recuerdo que conocí a una médium que 
me dio notables pruebas de identidad de una persona recién fallecida muy
 cercana a mí de la cual, por supuesto, no tenía ni la menor idea, ya 
que éramos desconocidos uno a otro. Recuerdo a otra médium notable, 
Esperanza, pero he olvidado su apellido. Residía en Cienfuegos y en una 
ocasión la visité en su casa. Muy amable y fraterna.
   En 1968, me 
fui a Topes de Collantes a estudiar la carrera magisterial en el antiguo
 Instituto Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, y perdí el contacto con 
el centro ¨Memorias a Isolina¨.   Sin embargo, a través de mis padres y 
demás familiares supe que el Centro continuó con sus actividades 
regularmente hasta la desencarnación de Ventura Martínez en los años 
noventa.
     Según tengo entendido, hay otra médium al frente de la 
Obra Espírita, por lo que la labor que desarrolló Isolina Feria Ricardo 
fructificó de modo abundante. No hay un solo banense, espírita o no 
espírita que no conozca la Casa de Isolina, como familiarmente llaman al
 centro espírita.
 
 Estas tres fotos recogen el proceso de materialización
 ectoplásmica en un recipiente con agua, lograda a través de la
 médium de efectos físicos Esglórida Díaz, Lalin, de quien hablo
 en el relato. Las fotos son inéditas e históricas, porque es la primera
 vez que se logra una materialización en un vaso o recipiente con
 agua. Desde los tiempos de Eusapia Paladino y otras famosas
 médiums de efectos físicos las materializaciones siempre se daban
 en un gabinete a oscuras y luego salían del gabinete y recorrían la
 estancia dejándose fotografiar por los investigadores, a veces esas
 materializaciones eran parciales por lo que resultaban un poco
 impresionantes o repugnantes por ejemplo parte del busto con un
 solo ojo formado en el rostro o una figura sin extremidades. Sólo
 un médium brasileño famoso logró materializar espíritus a la luz
 plena del dia, se llamaba Carlos Mirabelli. Todavía se estudia su
 caso porque vivió en el siglo
 pasado y sus investigadores
 contaban cor recursos
 tecnológicos más avanzados
 que en el siglo XIX.
 Lo que hace singular
 estas fotos y a este caso de
 materialización en un
 recipiente con agua es que es
 único. No se registra ningún
 caso semejante en toda la
 casuística del fenómeno de las
 materializaciones ectoplásmicas
 documentadas. Las fotos
 son de Ariel Miranda, quien las
 heredó de su abuelo Don
 Santiago Miranda que escribía
 para la prensa local de Banes.
 El fotógrafo fue Amado
 Proenza, de quien hablo en el
 relato. Tengo autorización de
 Ariel Miranda para reproducir las fotos.

Fragmento de mi libro derelatos testimoniales y de memorias BANES EN LA MEMORIA,recientemente publicado por Linden Lane Press y distribuido por Amazon.
©René Dayre Abella
A lo largo de la historia escrita, la humanidad ha sido testigo de los fenómenos propios del mediumnismo, y así lo han señalado los estudiosos de la paranormalidad, al igual que los sociólogos y demás especialistas en estos ámbitos. Desde ese ángulo podemos observar las prácticas del chamanismo en las diferentes culturas y los fenómenos de levitación y de otros prodigios dentro del contexto místico religioso, particularmente dentro del catolicismo. Ahí tenemos los casos de San José de Copertino y de Santa Teresa de Ávila, por ser los más divulgados y conocidos por clérigos y fieles de esa iglesia.
Siempre debemos tener en mente que una cosa es el mediumnismo y otra muy diferente es el Espritismo. Mediumnismo es fenómeno, tal y como señala con rigor Jon Aizpúrua, uno de los expositores más brillantes y esclarecidos de la Doctrina Espírita, y el Espiritismo es doctrina.
Con estos argumentos en mente deberemos distinguir siempre al mediumnismo de la Doctrina Espírita que nace con Allan Kardec, quien la codifica dentro del marco o paradigma positivista compteano, como un sistema de pensamiento racionalista, librepensador y laico.
De modo que la Doctrina Espírita, su sistematización, postulados y principios filosóficos nacen en el siglo XIX. Es relativamente joven, comparada con toda la casuísitica de la paranormalidad donde florece el mediumnismo, junto a los fenómenos propios del animismo y del chamanismo, que como vemos, han existido desde la más remota antigüedad. Confundir mediumnismo con Espiritismo es un craso error.
Otro detalle importante que hay que señalar es que estos brotes de mediumnismo se dan con mayor propensión dentro de un ambiente telúrico. Como no soy un especialista en el tema no puedo dar razones a este particular acontecimiento. Invito al lector amable a reflexionar un poco en los Misterios de Delfos y en otros lugares de peregrinación, sobre todo en los del catolicismo, como las grutas y parajes agrestes, donde según la mitología católica han tenido lugar las apariciones marianas. Todo gira en torno a las fuerzas telúricas. Ese fenómeno nos es muy familiar a los cubanos, pues casi siempre atestiguamos fenómenos, incluso muy auténticos, de fenomenismo mediúmnico en sierras y parajes inhóspitos como se dio en el caso de un dotado paragnosta nombrado Listoriel Moro Pérez, a quien se le atribuye ciertas curaciones y que vivía en unas montañas en la región de Baracoa, en los años sesenta del pasado siglo.
Banes, una pequeña localidad, enclavada en la región oriental del país, abrazada por un cíngulo de sierras y lomeríos, fue siempre fértil en médiums, no así en espíritas.
El primer caso documentado de Espiritismo en Banes surge a través de la figura de Isolina Feria Ricardo, quien además de poseer una desarrollada mediumnidad de efectos intelectuales era una auténtica Espírita Kardeciana. Como he contado en otra ocasión Isolina desarrolló sus dotes mediúmnicas en el Centro Espírita que presidía Nine Sierra en la localidad de Aura, cerca de la vecina Gibara.
Este personaje, Nine Sierra, del cual, lamentablemente no poseo datos, salvo que había sido un bambí y al finalizar la contienda con la independencia de la isla, se retiró a vivir muy humildemente con su prole a las localidades de Uñas y de Aura, cerca de Gibara, y allí fundó su Centro Espírita.
Según el testimonio de mis padres, que eran espíritas, Nine había desarrollado espontáneamente sus facultades durante la propia guerra de Independencia. Aseguraban mis padres, según le contaba el propio Nine, que sus superiores le confiaban ciertas misiones militares después de que el propio médium consultaba a las inteligencias espirituales y salían siempre vencedores en esas batallas.
La influencia de Nine Sierra se dejó sentir muy fuertemente en aquel Banes de comienzos del siglo XX. Muchos banenses acudían a Gibara a visitar el Centro de Nine para recibir asistencia espiritual, así como bienestar físico; tal fue el caso de la propia Isolina Feria, quien se recuperó totalmente de todas sus dolencias físicas. Una curación realmente extraordinaria.
Alrededor de Isolina Feria, quien junto a sus padres y hermanas vivía en una modesta vivienda de la calle Canales en Banes, comenzó a reunirse un grupo de personas de ambos sexos y casi la mayoría de extracción o formación católica.
En mi humilde opinión, este fenómeno dio margen para que después de su desencarnación muchos de sus seguidores opinasen que el espíritu Guía de la médium era el propio Jesús de Nazareth. Algo que en vida de Isolina el propio Guía refutara en más de una ocasión.
Al igual que en muchos de nuestros países de Latinoamérica, en Cuba, y Banes no fue ajeno a este fenómeno, era muy típico que familias e individuos católicos practicantes acudiesen al Centro Espírita, en particular a celebrar los llamados aniversarios de la desencarnación de sus deudos, algo similar a las famosas misas católicas de réquiem.
Entre los que formaban el cuerpo de mediumnidades del Centro de Isolina, recuerdo con mucho cariño a Margarita Marrero --quien además de espírita era teósofa y presidía la Logia Unidad de la Sección Cubana de la Sociedad Teosófica--, a Angélica Alonso, José Manuel Pérez Diéguez, Celia Puig, y a mis propios tíos, Walfrido Hernández y su esposa Blanca Del Río Legrá, al igual que a mi madre, Manuela Hernández.
Por supuesto que hago importantes omisiones por faltarme la memoria de todo lo acontecido, pues cuando Isolina Feria desencarnó yo apenas iba a cumplir nueve años, por lo que no puedo recordar mucho de los protagonistas de estos singulares acontecimientos.
Otra médium notable fue Esglórida Díaz, a quien cariñosamente nombraban Lalín. Lamentablemente tampoco poseo datos que me permitan dar aunque sea una breve semblanza de su vida y obra, salvo unas fotos que muy gentilmente me ofreció un querido amigo, Ariel Miranda, donde se observa una materialización ectoplásmica de una entidad femenina en un vaso de agua. Las tres fotos muestran las fases de la materialización hasta aparecer completamente lograda y muy nítida. Esas fotos pertenecieron a su abuelo, Don Santiago Miranda, quien era asiduo a las sesiones que desarrollaba Lalín y las de la propia Isolina Feria. Al contrario de Isolina, que era médium de efectos intelectuales —según la semántica kardeciana—, Lalín era médium de efectos físicos.
El Espiritismo local recibió un gran empuje en el plano cultural gracias a dos notables figuras del medio intelectual banense. La primera de ellas fue el afamado periodista santiaguero, pero avecindado en Banes, Eduardo Abril Amores, quien transitó al mismo tiempo entre la Teosofía y el Espiritismo, algo muy común en aquella época. Y la otra figura de relieve fue la de Amado Proenza, fotógrafo decano de Banes, quien se interesó por la investigación psíquica, logrando con una primitiva cámara montada sobre un trípode y a la luz del magnesio, las magníficas fotos a la que aludo más arriba.
Tanto Eduardo Abril Amores como el propio Amado Proenza se mantuvieron muy activos en el movimiento teosófico y gracias a la iniciativa de ellos surgió primero la Logia Unidad de la S.T. y luego El Pequeño Ciudadano y la Mesa Redonda Infantil, proyectos nacidos al calor del altruismo teosófico que no dista para nada del altruismo espírita.
Como vemos, el Espiritismo local banense también recibió el apoyo y la solidaridad del Movimiento Teosófico, así como de la Masonería. Al igual que recibió apoyo por parte de la prensa local. El periódico El Pueblo, el decano de la prensa banense, era muy receptivo con las actividades que se desenvolvían en el medio espírita. No hay que olvidar que allí laboraba como notable periodista nuestra querida Cristina Aguilera, a quien cariñosamente llamábamos Tina, lamentablemente ya fallecida y quien era una seguidora de la Doctrina Espírita Kardecista. También Rolando Gómez de Cárdenas se hacía eco de las notas sobre los aniversarios luctuosos de la desencarnación de Isolina Feria cada 14 de abril, en su leída revista literaria ¨Portada¨. Todo este material periodístico se puede consultar en la hemeroteca de la Biblioteca Pública “Carlos Fernández” de la ciudad de Banes.
El Movimiento Espírita Banense, liderado por Isolina Feria Ricardo, también se extendió a regiones vecinas como la ciudad de Antilla y los poblados de Deleite y Tacajó, donde existía una importante fábrica de azúcar o ingenio, como se les denomina en Cuba a estas industrias.
Tuve el privilegio de que mi padre, Juan Abella Bielsa, junto a su primera esposa, de quien enviudó luego, presidieran una Sociedad o Centro Espírita en el poblado de Tacajó, donde además de las labores mediúmnicas y de orientación a entidades recién desencarnadas que no reconocen su nuevo estado, se desarrollaban actividades de carácter cultural y de divulgación de la Doctrina Espírita.
Como mi padre, además de espírita, también era masón y teósofo, recibió la solidaridad de sus hermanos masones, quienes tradicionalmente se encuentran muy identificados con el Espiritismo. Sabemos que León Denis era masón, así como otras personalidades espíritas.
A través de la Masonería capitulada, mi padre --que ostentaba el grado 33-- conoció a Don Manuel Morales, director del ''Diario Masónico Hoy'', y como he contado en otra oportunidad, el propio Don Manuel a través de una experiencia tan dramática como lo es la muerte trágica de un hijo, encontró sosiego contactando su espíritu a través de una auténtica médium y decidió poner su periódico al servicio de la causa espírita. Desde entonces el ''Diario Masónico Hoy'' se convirtió en un periódico masónico-espiritista. Mi padre fue el corresponsal de ese periódico, hasta su desaparición de los medios de prensa espírita en los años treinta.
Cuando mi padre y su primera esposa, Doña Josefa Rodríguez Zarzabal, se mudaron a la vecina Antilla, continuaron sus labores espíritas celebrando sesiones en su propia vivienda y realizando otras periódicas actividades culturales. Un sobrino de mi padre, quien devino periodista y dirigía un periódico en Antilla, “El Sol de Antilla”, Enrique Causarás Abella, se vinculó al grupo de estudios espíritas y al igual que Don Manuel Morales, puso su periódico al servicio de la causa espiritista. También visitaban muy regularmente el Centro Espírita de Isolina en Banes.
Deleite es un poblado muy cercano a Banes y muy pintoresco. Allí residía una notable médium y auténtica espiritista kardecista, Juana Bautista Serrano, a quien cariñosamente la llamábamos Tita.
Tita ejercía magistralmente la mediumnidad parlante y también su guía le había dictado a una amanuense un folleto con el título “Inspiración”, siguiendo la misma orientación ofrecida por la entidad que desenvolvía la mediumnidad de Isolina Feria, o sea su Guía.
La labor básica en el Centro que presidía Tita era la orientación a espíritus que desconocían su nuevo estado espiritual, la desobsesión siguiendo las técnicas proporcionadas por Allan Kardec, la práctica de pases magnéticos como terapia en determinados casos, así como la caridad y el amor al prójimo.
Una vez que Isolina Feria desencarnó el 14 de abril de 1954, la tarea de continuar la obra espiritual recayó en una médium nombrada Ventura Martínez. Ventura era habanera y sus familiares más allegados la habían llevado a Banes para ser atendida por Isolina ya que estaba perturbada mentalmente y había sufrido hospitalización en dos ocasiones en el Hospital Psiquiátrico de La Habana, más conocido como Mazorra, sin mostrar mejoría alguna en su condición.
El Guía espiritual de Isolina pudo librar a la joven mujer de aquella terrible obsesión. Según me contaba mi madre, que fue testigo de fenómenos en la casa de Isolina, en una ocasión Ventura fue levitada hasta el techo del Centro y desde allí comenzó a lanzar blasfemias y a vociferar. La recuperación se obró en su totalidad. La joven Ventura no sólo abandonó su perturbación mental sino que se propuso estudiar las obras kardecianas y de autores como León Denis, Amalia Domingo Soler y otros.
Como no tenía obligaciones familiares y era una joven soltera, decidió quedarse en la Casa de Isolina y formar parte del cuerpo de médiums, pues desarrolló más de una facultad.
Tengo una particular anécdota de Ventura. Como he dicho antes, al desencarnar Isolina yo era muy pequeño. Puedo recordar los detalles de su sepelio, pero eso es todo. Sin embargo, de Ventura puedo contar cosas muy curiosas. Recuerdo que cuando me veía me decía: “ahí viene el curita de ayer”, y confieso que no me agradaba esa observación y un día le dije un poco molesto: “¿por qué me dice usted el curita de ayer?”. Y su respuesta me sorprendió: “porque tu última, o más bien previa encarnación, transcurrió entre los hábitos. Sí, Renecito tú fuiste un curita”. Mucho tiempo después. tres personas en lugares muy alejados uno del otro y sin conocer apenas detalles de mi propia existencia, confirmaron lo señalado por Ventura.
En este breve resumen del Espiritismo en Banes me he detenido a examinar la génesis del Movimiento Espírita de orientación kardeciana centrándome en las figuras de Isolina Feria Ricardo, Esglórida Díaz, Juana Bautista Serrano y por último Ventura Martínez. Pero, para ser honestos, hubo también otras figuras que aunque, lamentablemente, mezclaron creencias católicas o sincréticas, no dejaron de ser auténticos médiums y de alguna forma divulgaron, aunque un poco distorcionadamente, hay que reconocerlo, la Obra Espírita. Entre esas personalidades recuerdo a Juanita Nápoles, Juana Quiñones, quien vivía en un paraje conocido como El Donque, donde presencié sesiones y comprobé fenómenos muy auténticos, aunque todo enmarcado en un ambiente místico-religioso. Y por último, Flora Mederos, y Juana Petit.
Durante los años veinte y treinta de la pasada centuria, el Espiritismo a nivel nacional había alcanzado una gran divulgación y prestigio en los ámbitos intelectuales y culturales de la nación cubana gracias a la labor desarrollada por la Sociedad Espiritista de Cuba, inspirada en el proyecto kardeciano de la Sociedad Espiritista de París. Esta Sociedad nació de la iniciativa de Julio Gálvez Otero, espírita borincano, quien, además, era un excelente periodista y divulgaba temas de carácter espírita en la famosa Revista Carteles, así como de destacadas figuras de la intelectualidad habanera, destacándose por su dimensión Don Fernando Ortíz, el gran etnólogo e intelectual cubano.
La Sociedad Espiritista de Cuba tenía como órgano difusor la Revista Psiquis y había organizado centros y sociedades en las provincias occidentales del país, no así en el interior de las provincias orientales. Desde Santiago de Cuba la doctora Fidela Cobo Sabas había desarrollado un movimiento al que llamó Reivindicación que proponía la integración de los centros y sociedades espíritas orientales. Editaba una revista con el mismo nombre de su Movimiento; “Reivindicación”, la cual se mantuvo en circulación hasta comienzos de los años setenta. Recuerdo que en 1973 la visité en su casa de la calle Trocha en Santiago de Cuba y me dijo que estaba confrontando problemas con la impresión de la revista en la Editorial Cáscara porque, a pesar de que la organización estaba registrada en el llamado Registro de Asociaciones de la JUCEI provincial, la editorial había recibido órdenes de no continuar imprimiendo la revista. Ya se veía la sombra del oficialismo del gobierno marxista cubano interviniendo en el movimiento espírita al que combatían como una forma de religión.
La Sociedad Espiritista de Cuba tuvo una existencia un poco efímera para dar paso a la creación de una poderosa y muy bien organizada Confederación Nacional Espiritista de Cuba, formada por las seis Federaciones Provinciales y éstas, a su vez, estaban constituidas en organismos locales con el nombre de Federaciones Municipales.
El Centro que presidía Isolina estaba integrado a la Federación Espiritista de Oriente. Recuerdo que sus directivos fueron, entre otros, Armando Payás Villalón y José Cruz Ferrera. El Delegado del Centro ante la Federación era Don Rafael Ramallo.
Después de la desencarnación de Isolina Feria en el año 1954, aparentemente el vínculo con la Federación Provincial se rompió, e ignoro las causas. Justo en el año 1963 y de modo “accidental”, según refiero en uno los relatos que conforman mi libro Banes en la memoria, pude adquirir de manos de José Manuel Pérez Diéguez un ejemplar de la revista ¨Reivindicación¨, donde aparecía un directorio de centros y sociedades, con los cuales comencé a desarrollar un intercambio de correspondencias que me resultó muy provechoso.
A través de ese directorio conocí de centros y sociedades en la región y también me puse en contacto con Isidoro Díaz Anido, un espírita notable que residía en la ciudad de Santa Clara y con Víctor Casalín, de la ciudad de Matanzas, quien me comunicó que acababan de disolver en un congreso extraordinario la Confederación Nacional Espiritista mediante la más irresponsable de las decisiones. Se perdió el edificio social, ya que los directivos de la Confederación, Nicolás Medina Escaño y Rodolfo Rigal Rusias, habían entregado a la Dirección de la Reforma Urbana el inmueble. Se perdieron además de los archivos, una gruesa biblioteca. Fue una lamentable pérdida.
Gracias al intercambio epistolar con amigos y compañeros en el Ideal Espírita pude reunir algunos volúmenes de obras de contenido doctrinario, las que agregué a la que pequeña biblioteca que poseía mi padre y cuya lectura me produjo gran provecho espiritual, ayudándome a crear una óptica y una cosmovisión completamente nuevas para mí, superando esa fase de nihilismo materialista arraigada en mis años de adolescencia.
A raíz de mi encuentro con la doctora Fidela Cobo pude convencer a Ventura, la médium que presidía el Centro Espírita, a adherirnos al Movimiento Reivindicación, incluso me aceptó la propuesta de nombrar al Centro como “Memorias a Isolina” y así entró a formar parte de la familia de Reivindicación, hasta que el movimiento, así como la revista, desaparecieron en el año siguiente, o sea, en 1974.
Unos años antes de contactar a la doctora Fidela Cobo Sabas, en 1967 recibí una invitación de Marcos Álvarez y de Rubén Pérez Viciedo, de la ciudad de Sancti Spiritus, para integrarme a una organización que acababan de crear con algunos de los antiguos miembros y dirigentes de las Federaciones Provinciales. Así nació la Fraternidad Espiritista de Cuba.
Pude participar de un encuentro espírita en la Sociedad Amalia Domingo Soler, de Melones, una localidad cerca de Gibara, en el oriente cubano. Nos reunimos en aquella oportunidad unas sesenta personas de distintas provincias. Recuerdo que conocí a una médium que me dio notables pruebas de identidad de una persona recién fallecida muy cercana a mí de la cual, por supuesto, no tenía ni la menor idea, ya que éramos desconocidos uno a otro. Recuerdo a otra médium notable, Esperanza, pero he olvidado su apellido. Residía en Cienfuegos y en una ocasión la visité en su casa. Muy amable y fraterna.
En 1968, me fui a Topes de Collantes a estudiar la carrera magisterial en el antiguo Instituto Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, y perdí el contacto con el centro ¨Memorias a Isolina¨. Sin embargo, a través de mis padres y demás familiares supe que el Centro continuó con sus actividades regularmente hasta la desencarnación de Ventura Martínez en los años noventa.
Según tengo entendido, hay otra médium al frente de la Obra Espírita, por lo que la labor que desarrolló Isolina Feria Ricardo fructificó de modo abundante. No hay un solo banense, espírita o no espírita que no conozca la Casa de Isolina, como familiarmente llaman al centro espírita.
Estas tres fotos recogen el proceso de materialización
ectoplásmica en un recipiente con agua, lograda a través de la
médium de efectos físicos Esglórida Díaz, Lalin, de quien hablo
en el relato. Las fotos son inéditas e históricas, porque es la primera
vez que se logra una materialización en un vaso o recipiente con
agua. Desde los tiempos de Eusapia Paladino y otras famosas
médiums de efectos físicos las materializaciones siempre se daban
en un gabinete a oscuras y luego salían del gabinete y recorrían la
estancia dejándose fotografiar por los investigadores, a veces esas
materializaciones eran parciales por lo que resultaban un poco
impresionantes o repugnantes por ejemplo parte del busto con un
solo ojo formado en el rostro o una figura sin extremidades. Sólo
un médium brasileño famoso logró materializar espíritus a la luz
plena del dia, se llamaba Carlos Mirabelli. Todavía se estudia su
caso porque vivió en el siglo
pasado y sus investigadores
contaban cor recursos
tecnológicos más avanzados
que en el siglo XIX.
Lo que hace singular
estas fotos y a este caso de
materialización en un
recipiente con agua es que es
único. No se registra ningún
caso semejante en toda la
casuística del fenómeno de las
materializaciones ectoplásmicas
documentadas. Las fotos
son de Ariel Miranda, quien las
heredó de su abuelo Don
Santiago Miranda que escribía
para la prensa local de Banes.
El fotógrafo fue Amado
Proenza, de quien hablo en el
relato. Tengo autorización de
Ariel Miranda para reproducir las fotos.


