1 - Introducción
Monografía creada por José Novoa Betancourt.
17 agosto 2008
2 - Conquista
Monografía creada por José Novoa Betancourt.
17 agosto 2008
En los planos culturales el amplio conjunto
humano neolítico asentado en la zona banense, se caracterizó por hablar una
sola lengua, en la modalidad ahora definida como Arauco insular, desarrollando
además similares acciones socio culturales en cada comunidad, aunque no es
factible estimar existiera una unidad política entre los diferentes
asentamientos, elemento negativo que bien pudo ser utilizado inteligentemente
por los conquistadores para su sometimiento.
Esa concentración aborigen propició que Diego Velázquez, durante su primer
periplo conquistador visitara la zona de Baní en octubre de 1513, legando para
la historia no sólo el hecho de la noticia sobre la comunidad indígena
existente sino sobre todo, sin saberlo, arrojando leña al interminable debate
histórico sobre la fecha más antigua de la fundación del Banes colonial porque
algunos han asumido este primer contacto hispánico – aborigen y al dato
aportado por Velázquez a la historia escrita, cual constancia del nacimiento de
la localidad a la modernidad.
Los agricultores aruacos eran grupos sedentarios de perfil neolítico,
organizados tribalmente, estructurados en un sistema de linaje sustentado en
las relaciones de parentesco gentilicio y el reconocimiento de una jefatura.
Ellos lograron una importantísima obra cultural, destruida por el genocidio conquistador,
representada hoy pálidamente por los objetos y artefactos desenterrados por los
arqueólogos.
La comunidad aruaca neolítica se asentó aprovechando las potencialidades
geográficas del terreno banense, explotando sistemáticamente la agricultura de
la yuca, acompañada de la pesca, la recolección y la caza. Entre el conjunto de
comunidades debió existir una rica vida social sobre las leyes de la sociedad
gentilicia, y no es de dudar su estructuración clánica, dentro de los patrones
estructurales de la tribu matrilineal.
Si el conjunto de comunidades presentes en la zona de Banes se estableció sobre
tales bases, como un cacicazgo, según adelantara el Dr. José Agustín García
Castañeda, es un tema al cual la arqueología aún no ha dado una respuesta definitiva.
Las investigaciones arqueológicas informan en la actualidad la existencia de 76
sitios de diferente categoría aborigen, vinculados en menor medida al
mesolítico y abrumadoramente neolíticos. Incluso en las proximidades de Nipe
existen huellas del hombre del protoarcaico, tal vez cruzando por allí siglos
antes que Colón, en una marcha que lo llevaría finalmente a la Isla de Santo
Domingo.
Cuando el Gran Almirante Cristóbal Colón llegó el 12 de octubre de 1492 a la
isla de Guanahaní, encontró allí indígenas que le sirvieron de guías hacía
Cuba. Estos, por la ruta que siguieron, al parecer estaban interesados en
conducirlo al segmento costero entre Gibara y Bariay; ellos, nada parcos en el
intento de comunicarse, le indicaron por señas sobre las comunidades, asentadas
en toda la zona. En la descripción que Colón creé entender sobre lo expuesto
por los mencionados aborígenes, anota acerca de la existencia en el área de ¨
diez ríos grandes, y que con sus canoas no la pueden cercar en veinte días. ¨ El
Almirante pudo exagerar o entender finalmente mal; pero nos parece claro el
conocimiento por sus guías de la costa y los grupos humanos existentes.
Sobre la ruta indicada por los aborígenes hacía Cuba, llama la atención la
clara dirección indicada hacía Gibara y no hacía el segmento entre Bariay y
Banes ¿O tal vez fue que conociendo bien las corrientes y los peligrosos
arrecifes coralinos de Punta Lucrecia extendidos entre las actuales bahías de
Samá y Banes, los improvisados ¨ prácticos, ¨ no quisieron arriesgar la
flotilla del Almirante a una posible catástrofe? Es una cuestión para la libre
especulación.
Existe una estimación nueva sobre el viaje colombino y la zona de Banes. El 2
de noviembre de 1492, encontrándose fondeado en la bahía de Gibara, el Almirante
decidió enviar a los marineros Rodrigo de Jerez y Luís de Torres para explorar
el interior de la tierra descubierta. Ellos regresaron en la noche del día 5 e
informaron haber visitado una aldea de unas 50 casas y unos mil habitantes.
Tradicionalmente entre los lugares posibles de ese encuentro se pensó en El
Yayal, comunidad próxima a la actual localización de la ciudad de Holguín. En
la actualidad el ya fallecido Dr. José Manuel Guarch, estimó que ese lugar
debió ser la comunidad aborigen ubicada en el cerro de Yagüajay, desestimando
El Yayal porque fue sitio de posterior concentración aborigen.
En el año 1500 el piloto Juan de la Cosa, participante en el segundo viaje
colombino realizó el primer mapa de Cuba en que se le definió como una isla y
en este marcó correctamente al accidente geográfico denominado Cabo de Cuba
(Cabo Lucrecia). Para realizar este mapa, primero donde se señala un punto de
la zona geográfica banense, el piloto debió conocer algún croquis del Almirante
sobre la costa nororiental cubana confeccionado por este en su primer viaje,
porque el nuevo viaje colombino entre 1493 – 94, se centró en la costa sur
cubana y no en la norte.
La zona de Banes no fue tocada a profundidad por los españoles hasta el proceso
de la conquista, a pesar de su previa y posible revisión costera realizada por
los bojeos a Cuba, primero el de Vicente Yánez Pinzón entre 1505 y 1507 y
particularmente el realizado por Sebastián de Ocampo, por ordenes del
gobernador Nicolás de Ovando; empresa partida de La Española con dos carabelas,
entre abril y junio de 1509, con una duración de unos ocho o nueve meses,
regresando a informar sus resultados entre enero y marzo de 1510.
La tarea encomendada a Ocampo según precisara el cronista Gonzalo Fernández de
Oviedo fue clara: ¨ a tentar si por vía
de paz se podría poblar de cristianos la Isla de Cuba.¨ La expedición de
Ocampo, una clara labor de inteligencia, se movió a partir de todas las
informaciones acumuladas hasta el momento por los conquistadores sobre las
zonas de ubicación de las comunidades aborígenes cubanas, comprobándolas y
consolidándolas y fue en verdad el prólogo de la conquista.
A la llegada de Ocampo a La Española se encontró que el nuevo gobernante de La
Española era el virrey Diego Colón, el que perfectamente enterado de las
indicaciones reales sobre averiguar si en Cuba había oro y en espera de los
resultados del bojeo exploratorio, determinó el inicio de la plena conquista de
la Isla. Originalmente pensó el virrey en nominar para la jefatura del tema cubano
a su tío Bartolomé Colón; pero la partida de este a España lo inclinó a nombrar
al antiguo lugarteniente de Ovando, Diego Velázquez de Cuellar, poderoso
encomendero local y hombre de probada experiencia militar, a mas de contar con
el respaldo fundamental de Ginés de Pasamonte, tesorero real y hombre de
confianza del monarca Fernando de Aragón.
La oficialización de la designación de Velázquez se realizó mediante la firma
de un asiento o contrato, donde se le definió como Adelantado y teniente del
virrey para la empresa. Los costos de la expedición Velázquez debía resolverlos
a partir de su fortuna, con la promesa que luego la corona los redimiría. El
dinero necesario fue completado por el tesorero de Jamaica Pedro Mazuelos y
posiblemente por los genoveses Juan Francisco de Grimaldo y Gaspar Centurión,
representantes en Sevilla de la banca ligur.
Iniciada la conquista de Cuba por Diego Velázquez en la primavera de 1510, al
frente de unos 300 hombres, la acción española se centró primeramente en
aplastar la heroica resistencia de Hatuey levantada en la parte más oriental de
la isla, hasta que el líder indígena fue capturado y finalmente quemado vivo en
la actual Yara. La derrota de los combatientes aborígenes permitió la
fundación, a finales de 1510 o principios de 1511, de la Villa de Baracoa, en
una región taina entonces densamente poblada y la confección de nuevos planes
expansivos. Mientras se definían estos propósitos, para calmar a los ambiciosos
conquistadores, experimentar con los aborígenes y apurar el proceso de creación
de recursos alimenticios para sus futuros objetivos, a la convocatoria del
Adelantado grupos de indios de las provincias cercanas del sur y del norte,
trabajaron en Baracoa y sus estancias. Esa convivencia debió ser fundamental
para las despensas conquistadoras como para la labor de espionaje desplegada
sobre los indios.
En un momento no definido de 1512, a la orden de Velázquez, dos grupos de la
hueste conquistadora se dirigieron hacia puntos considerados claves en el
oriente de la isla con el objetivo de ocuparlos y pacificarlos para, sobre esas
bases, ampliar el área de dominio colonial. Francisco de Morales se dirigió
hacía Maniabón y Pánfilo de Narváez hacia Bayamo.
Para los autores del clásico ¨ United
Fruit Company: un caso de penetración imperialista en Cuba, ¨ sustentados
en una interpretación del texto de Ricardo Varona Pupo ¨ Banes. Crónicas, ¨ la expedición de Morales: ¨ marchó a
conquistar la región Banes – Nipe, conocida como Cacicazgo de Maniabón. Pero ese criterio nos parece incorrecto.
Según la propuesta de mapa elaborada en 1841 por José María de la Torre, el
supuesto cacicazgo de Maniabón lindaba por la costa aproximadamente entre las
bahías de Puerto Padre y Naranjo, mientras el definido Bani, lo hacía desde
Naranjo a la península de El Ramón. Es decir, dos territorios diferentes.
Incluso el propio Ricardo Varona que debió conocer esa información refiere que
en el norte de Oriente estaban los cacicazgos de Maniabón y Bani.
Por tanto, es de suponer que la expedición de
Morales se dirigió, como representa un mapa confeccionado por el Historiador
Fernando Portuondo, hacia las zonas occidentales de la actual provincia de
Holguín, es decir las comunidades comprendidas en general desde el actual El
Yayal a las ubicadas en torno a la bahía de Gibara, incluyendo la zona oriental
de la actual provincia de Las Tunas, municipios de Chaparra y Puerto Padre.
La incógnita es por qué no fue Morales a la poblada zona de Banes. Tal vez la
respuesta se encuentre entre otras, en la relativamente dispersa información
acumulada por los españoles hasta entonces, o a un resultado de la leyenda
confeccionada años antes por el propio Colón al estimar, según dedujera de los
aborígenes, que a cuatro jornadas de un cabo y un río (la bahía de Puerto
Padre), existía una gran población. O para cerrar la especulación, también
fuera una acción estratégica para cortarles a las comunidades de Baní una
retaguardia.
Es sabido que Morales, hombre de confianza de Diego Colón, extralimitó sus
funciones represivas, pretexto utilizado por el Adelantado para de inmediato
deponerlo y enviarlo preso a La Española; más que dar justicia a los indios
Velázquez se quitó por esa vía de un competidor peligroso. Estos
acontecimientos debieron ocurrir cuando más a mediados de 1512, porque hubo
tiempo de notificar al rey y que este, en una Real Cédula de 10 de diciembre de
ese propio año, declarase haber sido informado de ¨ que Francisco Morales (…) ha fecho muchos excesos en el viaje que
hizo, faciendo fuerzas e robos a las personas de las que consigo llevaba,
(sic). ¨
El 4 de octubre de 1513, Velázquez arrancó desde Baracoa con la conquista
definitiva del resto del país, luego de los resultados expansivos acumulados,
de recibir el título oficial de Gobernador de Cuba y de repartidor de indios.
Por mar marchó desde la Villa de la Asunción (Baracoa) hasta Banes, y por
tierra desde esta zona hasta Bayamo.
¿Cuándo y por dónde llego a Banes? ¿Qué tiempo estuvo allí? ¿Qué relaciones
estableció con los aborígenes? Son preguntas que después de casi 500 años,
prácticamente siguen sin una respuesta precisa por la falta de documentación
nueva localizada.
En su carta al Rey Fernando de Aragón explicándole su obra conquistadora, Diego
Velázquez contó cómo llegó primero a las provincias indias de Baní y Barajagua ¨ donde estuvo quatro (sic) o cinco días, ¨
y aclara que, a su convocatoria, a un lugar geográfico ahora no precisado, ¨
vinieron allí los caciques e indios de las dichas provincias. ¨
De ese punto partió luego para las provincias indias de Mayyé y Bayamo.
Hipotéticamente se ha considerado que el punto geográfico donde se realizó esta
fundamental ¨ asamblea, ¨ estuvo en
un espacio ubicado máximamente entre las zonas de la bahía de Banes y la
península de El Ramón, marchando desde el lugar de la reunión, por una ruta
terrestre ahora desconocida, al sur oeste, hacia el distante Golfo de
Guacanayabo. El Dr. Fernando Portuondo marcó en un mapa el desembarco de
Velázquez en un punto al norte de la bahía de Banes, mientras Leví Marrero, lo señaló
en la Península El Ramón. Nosotros estimamos que ese punto pudo haber estado
exactamente en la zona de la actual playa de Puerto Rico por las
características de la navegación en el lugar. Años más tarde, describiendo en
1757 la bahía de Banes, el obispo Morell de Santa Cruz refirió
testimonialmente: ¨ advirtiendo que solo
se puede entrar yendo la marea para dentro (…) y es tanta la corriente que
entra, y sale, que a mí ha sucedido estando dado fondo (…) con las anclas, e ir
a la playa.¨
Creo importante apuntar además que la convocatoria a los caciques de Bani y
Barajagua, probaba además la existencia por los españoles de un claro
conocimiento de cuáles eran las principales comunidades aborígenes en la región
y quiénes eran sus líderes.
Un velo de intensa penumbra oculta el crucial proceso del establecimiento de
las Encomiendas en las tierras del actual Holguín entre 1513 y su extinción
legal en 1542. Es indudable que en el área de Bani a partir de 1514 se
instauraron varias encomiendas; pero aún sabemos muy poco de sus propietarios.
Sólo conocemos de acuerdo al juicio de Residencia al ex gobernador Gonzalo de
Guzmán que, en 1527, Diego de Ávila era allí dueño de una naboría y que otra, primeramente,
de Alonso de Mendoza y Juan Mosquera, para esa fecha era poseída en un 50% por
Manuel de Rojas, desconociéndose el otro propietario. Por cierto, Gonzalo de
Guzmán era tan cercano a Velázquez que, en mayo de 1524, el testigo Andrés de
Duero le declaró al Juez de Residencia Juan Altamirano que el Velázquez, a la hora
del repartimiento de indios, no guardó orden ni igualdad, beneficiando primero
a sus parciales, en primer lugar, a Gonzalo de Guzmán. Esa declaración,
envidiosa en el fondo, arroja luz sobre el hecho de que había lugares indígenas
más apetitosos que otros y eso nos lleva de inmediato a la importancia social y
económica de Banes para los conquistadores.
Mientras la documentación histórica no facilite otros detalles, la arqueología
mantendrá la primacía informativa. Las excavaciones realizadas desde la década
de 1930 y sobre todo en el período revolucionario, ya han acumulada importantes
datos muy útiles, para la interpretación sobre estos primeros tiempos
coloniales en Banes.
Según valoraciones del MSc. Roberto Valcárcel, lugares destacados en la
transculturación se encuentran principalmente en Chorro de Maíta, Potrero de El
Mango, Loma de Baní, Cuadro de los Indios, Varela III y El Porvenir. Chorro de
Maíta en particular tiene fechados de supervivencia hasta bien entrado el siglo
XVI.
¿Cuál fue la convivencia entre conquistadores y aborígenes en Banes? Lo
desconocemos; pero la gran insurrección anticolonial aborigen, vivida por
oleadas entre 1520 y 1540 debió tener en el territorio, por su masa de
población aborigen y su cultura, una sede importante, auxiliada por los espesos
montes y las alturas montañosas que la circundaban. El fecundo historiador
Jorge Ibarra Cuesta ha planteado la hipótesis de la existencia en Bani de una
base territorial de resistencia a los conquistadores.
Al llegar en 1526 Gonzalo de Guzmán al cargo de Gobernador se le hizo conocer
oficialmente lo que ya conocía por su propias vivencias: ¨ (…) en cada una de las provincias de las dichas villas andan e están
muchos indios alzados e rebelados haciendo muchos males e muertes de españoles (…).¨Por tales razones el Rey Carlos V ordenó la
realización de una represión feroz, autorizando ¨ que cualesquiera persona los
pueda matar y prender y hazer (sic) todo el daño que quisieran. ¨ En la
vecina Encomienda de Alcalá, en 1538, los indios fingían trabajar por el día,
pero por la noche combatían a los colonialistas.
Pudiéramos especular mucho sobre todo lo ocurrido en las tierras del cacicazgo
de Bani entre 1520 y 1540; pero lo que si es cierto es que hasta mediados del
siglo XVIII no tendremos más informaciones documentales sobre Banes.